¿Crees que eres listo? ¿Cuánto? Suponiendo que seas una persona normal tu cociente intelectual (IQ) rondará los 100 puntos. Una persona con un problema intelectual severo puede obtener alrededor de 65 puntos en este mismo test. La diferencia de 35 puntos te convierte en una persona inteligentísima respecto a otra con retraso mental. Christopher Langan tiene un cociente intelectual de 195 puntos. Albert Einstein tenía un IQ de 150 puntos. La diferencia entre Einstein y Chris es tan grande como la diferencia entre una persona con retraso mental y tú.
¿Quién es Chris Langan y a qué dedica su vida? (Casi parece una canción de Perales). Chris nació en 1952 y comenzó a hablar con seis meses, antes de los cuatro años podía leer y en la escuela salto un par de cursos. Creció en la pobreza y su padrastro abusó físicamente de él desde los 6 años hasta los 14, cuando Chris lo echó de casa tras una pelea y le dijo que no volviera nunca más.
En los años de instituto no asistió apenas a clase, estudiando por su cuenta en la biblioteca matemáticas avanzadas, física, filosofía, Latín y Griego. Después de obtener la puntuación máxima para su acceso a la universidad se matriculó en Reed College y después en Montan State University. Tras un problema con la administración de la universidad pensó que él podía enseñar más a sus profesores que ellos a él y abandonó la universidad. ¿Qué pasó con Chris después de que abandonara la universidad? ¿A qué se dedicó tan privilegiado cerebro?
Chris paso los siguientes 20 años trabajando como obrero de la construcción, cowboy, bombero forestal, granjero y portero en un bar. Después de ser descubierto, en la televisión, para el público americano como «The Smartest Man in America» obtuvo cierta relevancia mediática y actualmente dirige una organización que ayuda a niños con un elevado coeficiente intelectual.
Chris Langan es para muchos un ejemplo de como el entorno, las habilidades sociales y la constancia en el desarrollo profesional juega un papel determinante en la consecución del éxito. La inteligencia previa no determina el nivel de éxito que puedes alcanzar.
Hoy quiero hablar de Seniority y de las habilidades necesarias para alcanzar ese Nirvana. Este no es un post de autoayuda, lo aquí escrito no garantiza nada, pero estoy seguro que son los pasos necesarios para poder alcanzarlo (o eso creo yo). Me decidí a hablar de este tema tras el fantástico post de Jon Parro «¿Qué disciplinas debe conocer un diseñador UX?» y encontrar poco después un divertido hilo de Pau Valiente «Seniority«:
Centrando la discusión en oficios de experiencia de usuario, diseño, coordinación de equipos, relación con el cliente, etc., ¿cómo se puede valorar el nivel de seniority de uno/alguien?
Si eres un senior en otro oficio equiparable a uno de los mencionados, ¿que regla de convalidación se puede aplicar?
Pau Valiente
Hablemos primero un poco de cómo aprendemos. El psicólogo de la Universidad de Virginia Daniel Wilingham, realiza un sencillo experimento entre sus alumnos para medir su velocidad de respuesta mecánica. Se trata de un videojuego en el que los participantes se sientan frente a una pantalla en la que aparecen cuatro cajas, debajo de ellas, sobre una mesa, cuatro botones que corresponden con cada una de las cajas. Al comenzar el test en las cajas aparecen cruces de manera intermitente, tu misión es pulsar lo antes posible su correspondiente botón.
Si te dijeran antes de empezar el juego el orden en el que van a aparecer las cruces tu velocidad de respuesta aumentaría de manera drástica. En los primeros minutos tus reacciones serían lentas y cuidadosas, pero una vez que aprendieras la secuencia tus respuestas serían más y más rápidas. Esto es lo que se conoce como «Explicit Lerarning«.
Ahora imagina que nadie te dice el orden en el que aparecerán las cruces. Tras comenzar el test y pasado un tiempo empezarías a aumentar tu velocidad de respuesta, eso a pesar de no haber memorizado aún la secuencia correcta. Tus respuestas serán cada vez más rápidas, pero aún no conoces de forma consciente la secuencia. En este caso has aprendido la secuencia pero está en tu subconsciente. Esto es lo que se conoce como «Implicit Learning«, un conocimiento que se forma fuera de tu propia consciencia.
Estos dos sistemas de aprendizaje se encuentran en partes alejadas y no relacionadas de tu cerebro. Cuando aprendes algo por primera vez todo el proceso es muy mecánico. Observa a un niño cuando está aprendiendo a jugar con una pelota… coloca la pelota en suelo, da un par de pasos hacia atrás, se acerca de nuevo a la pelota, mira a la pelota, mira a su pié y chuta.
A medida que mejoras en cualquier disciplina el sistema implícito va tomando el control de tus acciones. El niño pasado el tiempo juega a la pelota sin pensar en los movimientos que tiene que realizar. Aunque no lo parezca este es un proceso muy gradual y que necesita de tiempo y práctica. Este es el conocimiento que tiene un Senior, un conocimiento basado en la repetición y la práctica.
¿Cómo diferenciar el conocimiento adquirido por una persona senior y otra que no lo es? Fácil, en fallos provocados en situaciones de estrés. El estrés borra la memoria a corto plazo. Una persona con suficiente experiencia en situaciones de estrés no sucumbe al pánico, ya que aún encuentra recursos suficientes en su experiencia y su conocimiento implícito hará de piloto automático.
Los genios, los superdotados o el talento innato no existen, mejor dicho, no son suficientes. Aún teniendo mejores condiciones iniciales, sin la práctica constante un diseñador no alcanzará el nivel de Seniority. La complejidad de nuestra profesión es lo suficientemente grande como para tener que dedicar no menos de 10.000 horas a su práctica. Hablo de horas de manera cualitativa, no cuantitativa. Las horas de práctica de un diseñador han de realizarse practicando REALMENTE tus habilidades, chequeando tu progreso con tu entorno y compañeros y sobre todo trabajando los aspectos en los que aún no eres bueno.
El número de 10.000 horas está basado en los estudios del psicólogo Anders Ericsson, aunque la popularización de esta idea corre a cargo de Malcolm Gladwell. Para ilustrar esta idea Gladwell, en su libro «Outliers: The Story of Success» habla del estudio en violinistas en el «Berlin´s Academy of Music».
Los violinistas de este estudio empezaron a tocar a la edad de 5 años, todos ellos en sus comienzos practicaban el mismo número de horas, pero a los 8 años algunos alumnos practicaban más que otros. A los veinte años de edad, los mejores alumnos, la élite, habían cumplido con la regla de las 10.000 horas. Los buenos estudiantes completaron 8.000 horas de práctica. Los peores estudiantes habían acumulado justo por encima de las 4.000 horas. Ericsson y sus colegas descubrieron una patrón general en otros campos y profesiones. La idea de que la excelencia a la hora de ejecutar una tarea compleja requiere un crítico número de horas de práctica aparece una y otra vez en diferentes estudios.
No vale decir que tienes 10.000 horas de experiencia para decir que has alcanzado el nivel de Seniority. Los diseñadores que añaden esfuerzo y un profundo cuidado en los detalles siguen en el camino de alcanzar el Nirvana. Te cuento una historia que me encanta. Todos tenemos en mente el cliché de que las culturas asiáticas son más trabajadoras, tienen un mayor éxito en el mundo de los negocios, son mejores que nosotros con las matemáticas, etc.
Si realizamos un examen de matemáticas entre alumnos occidentales y asiáticos, en igualdad de condiciones, los niños asiáticos siempre tienen mejores resultados que los occidentales. ¿Podemos deducir que los niños asiáticos están dotados de algún poder que les haga mejor en relación con las matemáticas? Evidentemente NO. Lo único que ocurre es que ante un problema matemático tardan tres veces más que un niño occidental en rendirse. El niño occidental después de una lectura del problema determina que no sabe como solucionarlo y pasa al siguiente ejercicio. El niño asiático multiplica por tres el tiempo dedicado a ese mismo problema con lo que logra acercarse más a la solución del mismo. ¿Cuál es el motivo de esta diferencia? EL ARROZ.
El cultivo del arroz es una labor intensiva que permite múltiples cosechas en un año, pero requiere de constantes cuidados, planificación en el diseño del arrozal, cuidados continuos en su nivel de agua, etc. Si estás atento a todos los detalles puedes tener unas cuantas cosechas más que el gandul de tu vecino y por tanto tener más éxito que él. Ahora piensa en como se cultivan los cereales en occidente. Tienes una sola cosecha anual. El éxito de la misma está en manos de las inclemencias meteorológicas. La diferencia, en resultados de cosecha, entre tus esmeros, cuidados y trabajo y la dejadez del vago de tu vecino, son mínimas. Según el investigador de la Universidad de Michigan, Richard Nisbett, la práctica del cultivo del arroz ha creado un legado cultural entre los asiáticos que premia el valor del esfuerzo y su relación con la recompensa alcanzada.
Ahora me mojo. ¿Soy yo un Senior? NO, pero me gustaría pensar que estoy en ello…
Estoy enamorado del concepto «SISU» que Juan Leal describía en su última entrada «tenerlos bien puestos«, estoy seguro que el camino del buen profesional está detrás de este concepto y yo no pienso rendirme…
“Sisu” es tenacidad, también es valentía y coraje, es la habilidad de seguir luchando cuando la mayoría desiste, de luchar con la esperanza de ganar, es lo que aquí denominaríamos “tenerlos bien puestos”.
Juan Leal
Justo hoy, cuando iba a publicar este artículo Javier Cañada publica su lista Seleccionados para el Programa Vostok IV. Enhorabuena a todos ellos y especialmente a Pau Valiente que me sirvió de inspiración para escribir este post.